GUSANO BARRENADOR DEL GANADO

 Agente etiológico: El GBG es un insecto del orden de los dípteros, cuya nomenclatura ha mani- festado algunas confusiones y cambios. En primera instancia el género Cochliomyia fue nombrado Callitroga y la especie también se ha conocido en diferentes épocas como Lucilia hominivorax, Calliphora infesta, Calliphora anthropophaga, Somomyia fulvobarbata y Cochliomyia americana. 

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Hospederos y vectores: bovinos

Epidemiologia: Como las moscas pueden volar grandes distancias, esto les permite dispersarse eficientemente cuando las condiciones de clima o de oportunidades de alimento o apareamiento les son desfavorables, debido a lo cual en ciertas épocas del año las infestaciones pueden incrementarse. 

La incidencia y severidad de la parasitosis son dependientes de factores como la distribución y concentración de las poblaciones ganaderas; la presencia y hábitos de las especies de animales silvestres y las condiciones de la población humana y los servicios de sanidad que se mantengan en la zona. 

El GBG es originario de las regiones tropicales y subtropicales del Continente Americano, su distribución original abarcaba la región comprendida entre los paralelos 30° norte y 30° sur, comprendiendo el centro y sureste de los Estados Unidos, México, Centroamérica, Panamá, las Islas del Caribe y Sudamérica (Mapa N° 2). Actualmente la parasitosis se encuentra presente en forma endémica en América del Sur, excepto Chile; así como en algunos países del Caribe, poniendo en riesgo una población ganadera susceptible de más de 515 millones de animales 


Ciclo de vida: El GBG en su etapa larvaria es parásito obligado de los animales de sangre caliente, tanto domésticos como silvestres así como del ser humano 

Por ser un organismo holometábolo, el ciclo biológico del GBG atraviesa por cuatro etapas: mosca o adulto, huevecillo, larva y pupa o crisálida. 

La mosca hembra sólo copula una vez en su vida, mientras que el macho lo puede hacer varias veces. Una vez que la mosca hembra ha sido fertilizada por un macho, está lista para oviponer una o varias masas de huevecillos (las que pueden contener hasta 300 huevecillos cada una) en los bordes secos de las heridas como las causadas por piquetes de garrapatas, laceraciones, descorne, castración y marcas de hierro, entre otras. La oviposición es efec- tuada a intervalos de tres días, con cuatro oviposiciones en promedio. 

Después de 11 a 24 horas de la oviposición, se presenta la eclosión de las larvas, las cuales al rasgar con sus ganchos orales los tejidos, empiezan a alimentarse de inmediato de los fluidos de la herida. A medida que las larvas se alimentan, van aumentando de tamaño, pasando por tres etapas larvarias y producen exudados que propician infecciones bacterianas secundarias que impiden la cicatrización. Las heridas ocasionan pus y adquieren un olor desagradable pero que es atractivo para la oviposición de otras moscas hembras. 

El desarrollo de las larvas va a depender de la temperatura, tamaño y tipo de herida, así como de la cantidad de larvas presentes en la herida. Después de 4 a 8 días en la herida, las larvas abandonan al animal y caen al suelo, penetrando varios centímetros por debajo de su superficie. La textura y la temperatura del suelo son factores básicos para la supervivencia de la larva, la cual al encontrar condiciones favorables, se inmoviliza para transformarse en pupa en aproximadamente 24 horas de haber salido de la herida. 

La duración de esta etapa de pupa va a depender en gran medida de la temperatura del suelo, llegando a fluctuar entre siete días en zonas tropicales a 54 días en zonas muy frías, de tal manera que el ciclo de vida del insecto podrá completarse en 21 días en condiciones de altas temperaturas ambien- tales y en dos o tres meses en zonas con temperaturas muy bajas. 

Las moscas generalmente emergen en la mañana y en los dos primeros días de su vida adulta se dispersan en una zona amplia, estando en ese momento listas para su única copulación y después de cuatro días estará en posibilidad de poner su primera masa de huevecillos. En caso de no encontrar una herida para llevar a cabo dicha oviposición puede volar grandes distancias, debido a lo cual su capacidad de dispersión de la población es enorme, considerándose de tal forma como una especie oportunista de gran movili- dad y poder de infestación a través de migraciones por sí misma 


Signos y síntomas: Los animales infestados sufren de malestar general, inapetencia, y las hembras producen menos leche. Típicamente, estos animales se separan del resto de la manada y buscan áreas con sombra o aisladas donde echarse. Los animales que están infestados con el gusano barrenador pueden llegar a morir en una o dos semanas si las heridas no se tratan para matar a las larvas, particularmente en casos de infestaciones múltiples. En una sola herida infestada es posible encontrar hasta 3,000 larvas de este insecto. La muerte del animal sobreviene a causa de las toxinas segregadas por las larvas o por una infección secundaria. 


Tratamiento: Se cuenta con varios productos que pueden ser utilizados como larvicidas en las heridas infestadas y que previenen las reinfestaciones, así como para ser utilizados en baños de aspersión e inmersión de los animales, destacando los organofosforados, que han probado ser eficaces en los diferentes países en donde se han implementado los programas de erradicación. Sin embargo el tratamiento deberá estar asociado con medidas de prevención y control para lograr una reducción en la densidad de las poblaciones parasitarias y por ende una disminución en la incidencia de la enfermedad 


Diagnostico:

  • De campo: Este se realiza observando las heridas infestadas, las cuales sue- len ser circulares y muy profundas, con un olor fétido, localizando las larvas en las partes más profundas de la herida, a diferencia de otras especies secundarias, que se mantienen cerca de la superficie de la misma. El hallazgo de moscas adultas son raros en el campo. En cuanto a las masas de huevecillos, éstas pueden ser sospechosas a positivas por su disposición en forma de tejas en el borde de la herida. La etapa más frecuentemente obser- vada es la larvaria en su tercera fase, debiendo observarse sus troncos traqueales de pigmentación obscura, sin embargo habrá que diferenciarlas de otras especies secundarias parecidas. 

  • De laboratorio: El diagnóstico confirmatorio se logra identificando en el la- boratorio las características del espécimen colectado para tal fin, siguiendo las claves entomológicas indicadas en los manuales correspondientes. A este respecto, la FAO tiene editado el Manual para el Control de la Mosca del Gusano Barrenador del Ganado, Volumen 2, en el cual se indican las claves para que el personal de campo y laboratorio puedan realizar un correcto diagnóstico del GBG. A grandes rasgos la mosca puede ser identificada por su color que varía de un verde a un azul oscuro brillante y en el dorso la barra media se extiende anteriormente sobre el tórax o ligeramente más allá de la sutura mesonotal y la escama basicostal es de un café oscuro a negro. Las características principales de las larvas se encuentran en el cefaloesqueleto y en el área anal. Los dos principales troncos traqueales se vuelven obscuros en la segunda y tercera etapa y puede ser utilizado como una clave para un mejor diagnóstico; sin embargo deben analizarse todas las características para diferenciar al GBG de otras moscas asociadas a las miasis.


Control y prevención:

  • Campaña de divulgación y educación sanitaria sobre los métodos de control y erradicación. 

  • Fomentar las buenas prácticas ganaderas para disminuir el número de heridas susceptibles al ataque del parásito.  

  • Establecimiento de un programa de control de otros ectoparásitos. 

  • Análisis de las condiciones ecológicas y meteorológicas,a fin de combatir al parásito cuando éstas le son adversas. 

  • El uso del control químico para reducir las poblaciones silvestres del insecto, a través de tratamientos efectivos. 

  • Control de la movilización y cuarentena de animales, ya que la introducción de animales infestados, hacia regiones o países libres del parásito constituye la forma más común de propagar la enfermedad. 

  • La vigilancia epidemiológica constante, a nivel de predio ganadero hasta el ámbito nacional y regional. 


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